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Japón siempre había sido uno de esos destinos que teníamos marcados en rojo, un sueño viajero del que habíamos leído cientos de experiencias y visto miles de fotos. Pero nada, absolutamente nada, se compara con vivirlo en primera persona. Durante 20 días recorrimos templos milenarios, ciudades futuristas, parques temáticos de ensueño, pueblos tradicionales y paisajes mágicos teñidos por el momiji, el otoño japonés que transforma el país en una paleta de rojos, naranjas y dorados.

Desde el bullicioso Tokio hasta la histórica Kioto, pasando por Takayama, Shirakawa-go, Osaka, Miyajima, Hiroshima y Nara, cada día nos regaló una experiencia completamente diferente. Japón es un país donde la tradición y la modernidad conviven en perfecta armonía, donde cada rincón tiene una historia, un detalle que admirar o un momento único que recordar.

En esta guía te contamos nuestro itinerario día por día, con todas las visitas, sensaciones y lugares que descubrimos para que puedas vivir nuestro viaje casi como si estuvieras allí… y también para ayudarte a planificar el tuyo.


Día 1 en Tokio — Tradición, templos y un final entre neones


Portón Kaminarimon

Nuestro primer día en Tokio fue una mezcla perfecta entre tradición, espiritualidad y algunos de los barrios más vibrantes de la ciudad. Desde primera hora nos dirigimos a uno de los rincones más emblemáticos de la capital japonesa: el portón Kaminarimon, la gran puerta roja con su gigantesco farolillo que da acceso al barrio de Asakusa. Aunque suele estar lleno de turistas, la energía del lugar es especial; es como si fuese la bienvenida oficial a Japón.


Calle Nakamise

Cruzando la puerta aparece la calle comercial Nakamise, una avenida llena de pequeños puestos de dulces tradicionales, artesanías y souvenirs que te transportan directamente al Japón más clásico. Es imposible no picar algo: mochi, ningyō-yaki o algún recuerdo para el camino.


Senso-Ji

Al final de la calle llegamos al templo Senso-ji, el templo budista más antiguo de Tokio. Entre el humo del incienso, la arquitectura roja y dorada y el sonido de las campanas, se siente que estás en un lugar sagrado pero también lleno de vida. Es uno de esos sitios donde puedes quedarte un buen rato simplemente observando.


Santuario Nezu

Desde Asakusa nos desplazamos hasta un lugar menos conocido pero absolutamente encantador: el Santuario Nezu. Este templo sintoísta, rodeado de naturaleza y famoso por su túnel de pequeños torii rojos, fue una de las sorpresas del día. Mucho menos concurrido que otros templos de la ciudad, perfecto para disfrutar de un rato de calma.


Yanaka Ginza

Continuamos hacia la zona de Yanaka Ginza, un barrio que conserva el ambiente del Tokio tradicional, con callejuelas, tiendecitas familiares y un ritmo mucho más pausado que el resto de la ciudad. Si buscas ver cómo era Tokio hace décadas, Yanaka es imprescindible.


Parque Ueno

Muy cerca se encuentra el Parque Ueno, uno de los pulmones verdes de la ciudad. Allí visitamos el templo Benten-dō, ubicado en medio del Estanque Shinobazu, un lugar precioso para pasear entre puentes, agua y vegetación. Es un rincón que transmite mucha paz, especialmente al atardecer.


Ameyoko shopping street

Bajando del parque entramos en el bullicio de Ameyoko Shopping Street, un mercado callejero lleno de puestos de comida, tiendas de ropa, electrónica y un ambiente completamente distinto: ruidoso, caótico y muy local. Perfecto para ver otra cara de Tokio.


Yushima Tenjin Shrine y Santuario Kanda

Todavía quedaban templos por descubrir ese día: Yushima Tenjin Shrine, un santuario dedicado a la educación y muy popular entre estudiantes, y más tarde el Santuario de Kanda, uno de los más importantes de Tokio y con un estilo arquitectónico precioso. Aquí el contraste entre lo espiritual y los edificios modernos alrededor se siente con fuerza.


Akihabara

Para cerrar el día, dimos un paseo cerca de la estación de Akihabara, el corazón de la electrónica, los videojuegos y el anime. Después de un día lleno de templos, llegar a Akihabara es como aterrizar en otro mundo: neones, arcades, tiendas de figuras y un ambiente frenético que resume esa dualidad japonesa entre tradición y modernidad.

Un primer día intenso, lleno de contrastes y con la sensación de que Tokio tiene mil caras… y todas te atrapan.


Día 2 en Tokio — Santuarios, rascacielos y el Tokio más vibrante


Santuario Yasukuni

Nuestro segundo día en Tokio empezó con una ruta bastante espiritual. Primera parada: el Santuario Yasukuni, uno de los más importantes y también uno de los más polémicos del país. Más allá de la historia, el lugar impresiona por su arquitectura y su atmósfera solemne. La entrada con sus gigantescos torii y los jardines que rodean el complejo hacen que el paseo sea muy tranquilo.


Kokyo

Desde allí caminamos hacia la zona del Kokyo, los jardines exteriores del Palacio Imperial. Aunque la residencia imperial no se puede visitar por dentro, los alrededores son amplios, verdes y perfectos para entender cómo convive el Japón modernísimo con sus raíces más históricas.


Santuario Hie y Santuario Nogi

Continuamos hacia el Santuario Hie, famoso por su túnel de torii rojos que recuerdan ligeramente a Fushimi Inari en Kioto, pero sin multitudes. Fue una de esas paradas que sorprenden, sobre todo porque está rodeado de rascacielos y aun así mantiene una calma increíble. Más adelante visitamos también el Santuario Nogi, más pequeño y menos turístico, pero con una historia muy interesante y un ambiente íntimo.


Jardín Nacional Shinjuku Gyoen

Después de una mañana de santuarios y cultura, cambiamos totalmente de escenario con una visita al Jardín Nacional Shinjuku Gyoen. Este parque es uno de los más bonitos de Tokio: enormes zonas verdes, estanques, puentes y espacios abiertos que te hacen olvidar por completo que estás en una mega ciudad. Si viajas en primavera o en otoño, es un sitio precioso para ver colores muy especiales.


Santuario Meiji

Desde Shinjuku pusimos rumbo a otro de los grandes imprescindibles de Tokio: el Santuario Meiji. Rodeado de un enorme bosque, es uno de esos lugares donde el silencio y la tranquilidad toman protagonismo pese a estar junto a uno de los barrios más movidos de la ciudad. Caminar por la larga avenida arbolada hasta llegar al santuario es una experiencia por sí misma.


Takeshita Street

A pocos pasos llegamos a Takeshita Street, la calle más icónica de Harajuku. Moda alternativa, tiendas curiosas, cafés temáticos, crepes gigantes… es un choque cultural divertido y colorido. Aunque esté llena, es parte del encanto.


Shibuya Scramble y Estatua de Hachiko

Por la tarde tocaba conocer dos de los iconos más fotografiados de Tokio: el Shibuya Scramble Crossing, el cruce más famoso del mundo, y la estatua de Hachiko, símbolo de fidelidad y punto de encuentro de medio barrio. Y sí, ver el cruce desde abajo impresiona… pero verlo desde arriba es otro nivel.


Shibuya SKY

Subimos al Shibuya SKY, uno de los mejores miradores de la ciudad. La vista panorámica de 360° te hace sentir pequeñísimo frente al infinito mar de edificios que forman Tokio. Es una experiencia que recomendaría a cualquiera que visite la ciudad. Nosotros subimos ya de noche y las vistas de Tokio sin espectaculares.


Shibuya Parco

Con la luz nocturna ya encendida, continuamos explorando la zona de Shibuya Parco, un centro comercial moderno y lleno de tiendas creativas, diseño japonés y rincones muy fotogénicos. Ideal para descansar un poco del ritmo de la calle.


Día 3 en Tokio — Disneyland, un sueño para todas las edades


Tokio Disneyland

El tercer día lo dedicamos a Tokio Disneyland, y fue simplemente inolvidable. ¡Nada más cruzar la entrada te invade una sensación de alegría y magia! Lo mejor de todo es que lo visitamos en Halloween, así que todo el parque estaba decorado con calabazas, fantasmas, telarañas y detalles temáticos que hacían que cada calle y rincón tuviera un aire festivo y encantador.

Durante todo el día, nos dejamos llevar por la emoción de cada atracción, espectáculo y desfile. Los fuegos artificiales al anochecer iluminaron el cielo y nos dejaron sin palabras: una mezcla perfecta de luces, colores y música que te hace sentir parte de un cuento.

Además, gracias al sistema de reservas y FastPass, pudimos aprovechar al máximo el parque y disfrutar de las atracciones más populares sin largas esperas.

Visitar Tokio Disneyland en Halloween fue una experiencia única y cargada de emoción: la decoración, la energía del parque y la magia que se respira en cada rincón hacen que sea un lugar imprescindible para cualquier visitante de Tokio, sin importar la edad. Salimos del parque con una sonrisa enorme, con la sensación de haber vivido un día lleno de alegría y momentos memorables.


Día 4 en Tokio — DisneySea, aventura y magia junto al mar


Tokio DisneySea

El cuarto día lo dedicamos a Tokio DisneySea, y desde el primer momento fue una experiencia completamente diferente a Disneyland, pero igual de mágica. Situado junto al agua, el parque combina diversión, aventura y una ambientación increíblemente cuidada que te hace sentir que estás viajando por distintos puertos del mundo, con barcos, canales y faros que decoran cada zona.

Lo visitamos todavía con la ambientación de Halloween, lo que le daba un toque aún más especial: calabazas, luces naranjas y detalles espeluznantes pero divertidos que hacían que todo el parque se sintiera festivo y único. Cada esquina estaba pensada para sorprender, desde las tiendas hasta los restaurantes, y cada espectáculo tenía un toque teatral que te dejaba con la boca abierta.

Durante el día, exploramos atracciones icónicas y nos dejamos llevar por la aventura: barcos piratas, montañas rusas junto al mar y espectáculos acuáticos que combinan música, luces y efectos especiales. DisneySea es un parque que emociona tanto a niños como a adultos: la mezcla de agua, arquitectura y detalles hace que cada momento sea fotogénico y memorable.

Además, como el parque es más grande y menos concurrido que Disneyland, se puede recorrer con calma, disfrutando de cada rincón y descubriendo pequeños detalles que hacen que la experiencia sea muy completa.

Salir de DisneySea al anochecer, con luces reflejándose en el agua y la decoración de Halloween brillando en cada esquina, fue el cierre perfecto para dos días de pura magia en los parques de Tokio. Sin duda, DisneySea es una visita imprescindible para cualquier viajero que busque diversión, aventura y experiencias que no se olvidan fácilmente.

Si solo disponéis de un día para visitar los parques os recomendamos DisneySea, ya que es un parque totalmente diferente a lo que puedes estar acostumbrado.


Día 5 — Excursión al Monte Fuji: naturaleza, templos y paisajes de otoño


Este día tuvimos la duda de alquilar un coche e ir por nuestra cuenta o reservar un tour para ver los miradores del Fuji. Nosotros siempre fuimos muy de ir por nuestra cuenta y decidimos alquilar un coche, podéis hacerlo aquí. Pero estuvimos muy cerca de reservar este tour donde íbamos a ver el monte Fuji, lago Kawaguchi y el Chureito Pagoda.


Chureito Pagoda

Nuestro quinto día fue una excursión completa al Monte Fuji, comenzando por la Chureito Pagoda, uno de los lugares más emblemáticos para admirar la montaña. La pagoda roja destaca entre el paisaje teñido de colores otoñales, con hojas rojas y doradas que crean un contraste espectacular con el majestuoso Monte Fuji al fondo. Subir los escalones hasta la pagoda fue un esfuerzo que valió totalmente la pena: la vista desde arriba es impresionante y transmite una paz increíble.


Oshino Hakkai

Nuestra siguiente parada fue Oshino Hakkai, un pintoresco pueblo tradicional con pozas de agua cristalina provenientes del deshielo del Fuji. Caminar entre las casas de madera y los pequeños estanques rodeados de los tonos cálidos del otoño era como retroceder en el tiempo, disfrutando de un paisaje que combina naturaleza y cultura de forma única.


Teleférico Panorámico del Monte Fuji

Subimos al Teleférico Panorámico del Monte Fuji, que ofrece vistas espectaculares de la montaña y sus alrededores. Desde allí, contemplar los bosques otoñales y los lagos cercanos con el Fuji imponente al fondo fue un momento que nos dejó sin palabras. La combinación de altura y colores hace que cada fotografía sea digna de postal.


Mount Fuji Distant Worship Site (Tenku no Torii)

Una de las sorpresas del día fue el Mount Fuji Distant Worship Site (Tenku no Torii). Este mirador, con un torii rojo en primer plano y el Monte Fuji al fondo, es simplemente mágico. Ver la montaña rodeada de árboles teñidos de naranja y rojo, con el torii marcando el encuadre, fue uno de esos instantes que permanecen grabados para siempre en la memoria.


Parque de Oishi

Luego visitamos el Parque de Oishi, junto al Lago Kawaguchi. Pasear entre los senderos del parque y contemplar el reflejo del Monte Fuji en el agua, rodeado de los tonos cálidos del otoño, fue un espectáculo que nos hizo detenernos en cada rincón para disfrutar del paisaje y sacar fotografías.


Antiguo Pueblo Japonés de Iyashinosato

Finalizamos la jornada en el Antiguo Pueblo Japonés de Iyashinosato, una aldea tradicional reconstruida con casas de techo de paja. Caminar por sus callejuelas, rodeados de los colores del momiji, era como transportarse al Japón rural de antaño. Además, pudimos probar algunas comidas locales y descubrir artesanías tradicionales, cerrando el día con una experiencia cultural completa.

Este día fue un verdadero viaje entre historia, naturaleza y cultura, con el Monte Fuji como protagonista y los paisajes otoñales como marco perfecto. Cada lugar ofrecía un ángulo diferente de la montaña y del entorno, convirtiendo la excursión en un recuerdo imborrable.


Día 6 — Excursión a Kamakura: templos, historia y encanto tradicional


Tsurugaoka Hachiman-gū

Nuestro sexto día lo dedicamos a Kamakura, una excursión imprescindible si quieres ver un Japón más tradicional y tranquilo, a menos de una hora de Tokio. La primera parada fue el Tsurugaoka Hachiman-gū, el santuario más importante de la ciudad. Caminar por su avenida principal flanqueada por árboles y puentes de madera te transporta a otra época. El santuario impresiona por su arquitectura y por la calma que se respira, perfecta para empezar el día con serenidad.


Calle Komachi Street

Después, nos perdimos entre las tiendas y puestos de Komachi Street, la calle comercial más famosa de Kamakura. Aquí se mezclan tiendas de souvenirs tradicionales, dulces locales y pequeñas cafeterías donde parar a probar un snack típico. El ambiente es animado, pero a la vez muy acogedor, y es un lugar ideal para comprar recuerdos o simplemente pasear disfrutando del ritmo local.


Hase-dera

A continuación visitamos Hase-dera, un templo impresionante conocido por sus jardines y su estatua de Kannon, la diosa de la misericordia. Desde lo alto, las vistas de la ciudad y del océano al fondo son espectaculares, y los senderos rodeados de naturaleza hacen que el paseo sea tranquilo y muy agradable, especialmente en otoño, con los colores cálidos de las hojas acompañando cada paso.


Templo Kotoku-in

Terminamos la excursión en el Templo Kotoku-in, hogar del famoso Gran Buda de Kamakura (Daibutsu). Ver esta gigantesca estatua de bronce al aire libre es impresionante; su tamaño y la serenidad que transmite dejan una sensación de asombro y respeto. Rodeado de árboles y con la brisa del día, es uno de esos momentos que hacen que Kamakura quede grabado en la memoria de cualquier viajero.

Kamakura nos ofreció un contraste perfecto con el bullicio de Tokio: historia, templos, naturaleza y un ambiente tradicional que hace que cada rincón tenga su propio encanto. Sin duda, una excursión que vale la pena para descubrir otro lado de Japón.

Nosotros fuimos por libre a Kamakura pero puedes reservar esta excursión a Kamakura donde verás el lugar de la mano de un guía de habla hispana donde te contará lo más destacado de esta ciudad.


Torre de Tokio

Terminamos el día acercándonos a la Torre de Tokio, ese clásico que recuerda ligeramente a la Torre Eiffel pero teñido de rojo. Verla iluminada por la noche es una imagen que se queda grabada; un símbolo perfecto para cerrar un día en el que vimos desde templos y jardines hasta el Tokio más moderno, urbano y luminoso.


Día 7 — Excursión a Nikkō: historia, templos y naturaleza en otoño


Salida desde Tokio

Nos encontramos temprano en un punto céntrico de Tokio para tomar el autobús del tour con Civitatis. El viaje hacia Nikkō duró aproximadamente 2 horas y media, suficiente para ir viendo cómo la ciudad va quedando atrás y se abre paso un paisaje montañoso cubierto de los colores cálidos del momiji, con árboles rojos y dorados por doquier. La anticipación crecía: estábamos a punto de descubrir uno de los rincones más emblemáticos de Japón.


Templo Tōshō-gū

Nuestra primera parada fue el Templo Tōshō-gū, el santuario más famoso de Nikkō y Patrimonio de la Humanidad. Su decoración es espectacular: maderas talladas, colores vivos y detalles que parecen sacados de un cuento. Caminar entre los cedros centenarios que rodean el templo, sentir el olor a incienso y admirar la arquitectura detallada fue una experiencia realmente sobrecogedora.


Puente Shinkyo

Cerca del santuario se encuentra el Puente Shinkyo, uno de los símbolos de Nikkō. Cruzarlo y contemplar el río y el bosque otoñal fue como entrar en una postal viviente: tranquilidad, naturaleza y una belleza que impresiona desde el primer momento.


Cascada Kegon

Luego nos dirigimos a la Cascada Kegon, una de las más famosas de Japón. La fuerza del agua cayendo y la altura de la cascada combinadas con los colores del otoño hacen que este lugar sea simplemente espectacular. Es uno de esos momentos que te deja sin palabras, contemplando la grandeza de la naturaleza.


Lago Chūzenji

A pocos minutos se encuentra el Lago Chūzenji, un lago de montaña rodeado de bosques y montañas teñidas de rojo y dorado por el momiji. Pasear por sus orillas fue relajante y nos permitió disfrutar de la paz del lugar, además de sacar fotos increíbles con la montaña de fondo.


Regreso a Tokio

Después de un día completo explorando templos, cascadas y paisajes de ensueño, volvimos en autobús a Tokio, llenos de recuerdos y con la sensación de haber vivido un día que combina historia, cultura y naturaleza de manera perfecta. La excursión a Nikkō es, sin duda, una de esas jornadas que muestran un Japón más espiritual y majestuoso, lejos del bullicio de la ciudad.


Visita guiada por Tokio

Antes de irnos de esta ciudad que nos enamoró, os dejamos un enlace donde podrás reservar una visita guiada por Tokio.


Día 8 — Últimos momentos en Tokio y llegada a Takayama


Tokyo Skytree

Nuestro día comenzó con una visita a la Tokyo Skytree, uno de los miradores más impresionantes de la ciudad. Desde arriba, la vista panorámica de Tokio es simplemente asombrosa: rascacielos, puentes y barrios que parecen extenderse hasta el infinito. Subir temprano nos permitió disfrutar de la ciudad antes de que se llenara de turistas y capturar fotos increíbles con la luz de la mañana.


Nakano Broadway

Después, nos acercamos a Nakano Broadway, un paraíso para los amantes del manga, el anime y la cultura pop japonesa. Recorrer sus pasillos llenos de tiendas especializadas, figuras coleccionables y objetos curiosos fue un cierre perfecto para nuestra parte más urbana del viaje.


Senso-ji

Antes de dirigirnos a Odaiba, hicimos una última visita al Senso-ji. Volver a pasear por la calle comercial Nakamise y admirar la majestuosa puerta Kaminarimon fue como despedirse de Tokio con una mezcla de nostalgia y satisfacción. Fue un momento especial para capturar algunas fotos finales y disfrutar del ambiente tradicional antes de continuar nuestro día.


Odaiba

Finalmente, nos acercamos a Odaiba, la isla artificial que combina entretenimiento, compras y vistas únicas de la bahía. Ver el Rainbow Bridge y la Estatua de la Libertad en miniatura, mientras el océano y la ciudad se mezclan en el horizonte, fue un momento muy especial que nos permitió respirar un poco de la modernidad futurista de Tokio antes de partir hacia Takayama.


The old townscape of Hidatakayama Sanmachi Historic District

Tras varias horas de viaje en tren hacia Takayama, llegamos a la vieja ciudad de Takayama, donde el Hidatakayama Sanmachi Historic District nos recibió con su atmósfera tranquila y tradicional. Las calles empedradas, las casas de madera con techos inclinados y las tiendas artesanales nos hicieron sentir que habíamos retrocedido siglos en el tiempo.


Calle Sanmachi

Pasear por la Calle Sanmachi fue como entrar en un museo al aire libre. Cada tienda y cada casa conserva el estilo tradicional japonés, y es imposible no detenerse a admirar los detalles de la madera, los faroles y las puertas correderas.


Nakahashi

Continuamos nuestro recorrido por Nakahashi, un pequeño puente que cruza un canal con aguas cristalinas. A ambos lados, los edificios antiguos y los árboles con los tonos rojizos del momiji creaban un escenario de película.


Takayama Jinya

Finalizamos el día en el Takayama Jinya, un antiguo edificio gubernamental de la era Edo. Explorar sus salas y patios nos permitió entender un poco más sobre la historia local y cómo se administraban estas regiones hace siglos. Fue un cierre perfecto para un día que combinó la modernidad de Tokio con la tradición de Takayama, mostrando la increíble diversidad de Japón.


Día 9 — Takayama y Shirakawa-go: tradición y paisajes de otoño


Mercado Matutino de Miyagawa

Nuestro día comenzó en Takayama, con una visita al Mercado Matutino de Miyagawa. Entre puestos llenos de verduras frescas, flores y productos locales, pudimos sentir la vida diaria de la ciudad y probar algunos sabores auténticos de la región. Los árboles teñidos de rojo y dorado por el momiji daban al paseo un encanto especial y acogedor.


Residencia Yoshijima

A continuación visitamos la Residencia Yoshijima, una antigua casa de mercaderes que muestra la vida de la élite de Takayama en la era Edo. Sus habitaciones, patios y almacenes conservan una arquitectura tradicional impresionante, y nos permitió adentrarnos en la historia local de manera muy visual y educativa.


Santuario Sakurayama Hachiman

Seguimos con el Santuario Sakurayama Hachiman, un lugar que combina espiritualidad y tradición. Rodeado de árboles otoñales, el santuario transmitía paz y ofrecía un descanso tranquilo en medio del recorrido por la ciudad.


Templo Takayama Betsuin Shorenjie

Visitamos también el Templo Takayama Betsuin Shorenjie, un templo budista donde pudimos admirar la arquitectura religiosa tradicional y disfrutar de un momento de calma entre sus jardines y pabellones.


Higashiyama Teramachi / Higashiyama Promenade

Paseamos por la zona de Higashiyama Teramachi y Higashiyama Promenade, un conjunto de calles y senderos con templos y casas históricas, ideal para sentir el ambiente del Takayama más tradicional y disfrutar de los tonos cálidos del otoño mientras caminábamos tranquilamente.


Excursión a Shirakawa-go

Desde el centro de autobuses Takayama Nohi, partimos hacia Shirakawa-go, la aldea histórica famosa por sus casas de techo de paja gasshō-zukuri. La duración de la visita fue de aproximadamente 2 horas, suficiente para recorrer el pueblo y apreciar su arquitectura y entorno.


Casa Wada y Casa Kanda

En Shirakawa-go visitamos la Casa Wada y la Casa Kanda, dos ejemplos representativos de las viviendas tradicionales gasshō-zukuri. Sus techos inclinados y estructuras de madera muestran cómo se adaptaban a las fuertes nevadas del invierno y a la vida rural de antaño.


Aldeas históricas de Shirakawa-go y Gokayama

Caminamos por las calles del pueblo, explorando las aldeas históricas de Shirakawa-go y Gokayama, donde cada casa y cada camino cuenta la historia de generaciones de familias. La combinación del entorno montañoso y los colores otoñales hace que la experiencia sea absolutamente fotogénica y memorable.


Templo Myozenji

Visitamos también el Templo Myozenji, un pequeño templo dentro del pueblo que aporta calma y espiritualidad a la visita.


Primera puerta torii y Santuario Shirakawa Hachiman

Paseamos por la primera puerta torii y llegamos al Santuario Shirakawa Hachiman, otro ejemplo de la espiritualidad tradicional de la región, rodeado de naturaleza y colores de otoño.


Shirakawa-go Gassho-Zukuri Minka-en

Finalmente, exploramos el Shirakawa-go Gassho-Zukuri Minka-en, un museo al aire libre con varias casas restauradas donde se puede ver cómo vivían los habitantes del pueblo. Cada detalle, desde la estructura de los techos hasta los utensilios antiguos, ayuda a comprender la vida rural de la región.

Después de recorrer Shirakawa-go, volvimos a la estación de autobuses para regresar a Takayama Nohi, despidiéndonos de este pueblo mágico lleno de historia y belleza natural.


Santuario Hie al atardecer

Al llegar nuevamente a Takayama, cerramos el día con una visita al Santuario Hie, disfrutando del atardecer y los últimos rayos de luz iluminando los árboles otoñales. Fue un momento perfecto para reflexionar sobre todo lo vivido durante el día, entre historia, arquitectura y naturaleza, antes de descansar para continuar nuestra ruta por Japón.


Día 10 — De Takayama a Kioto: templos, cultura y rincones históricos


Traslado de Takayama a Kioto

El décimo día comenzó con el viaje desde Takayama hacia Kioto. Durante el trayecto pudimos disfrutar de los paisajes montañosos teñidos de los colores cálidos del otoño, un contraste perfecto con los pueblos tradicionales que dejamos atrás. Llegar a Kioto nos llenó de ilusión: nos esperaba una ciudad donde la historia, la cultura y la modernidad conviven de manera armoniosa.


Tō-ji

Nuestra primera parada fue el Templo Tō-ji, famoso por su pagoda de cinco pisos, la más alta de Japón. Pasear por sus terrenos y admirar la arquitectura tradicional mientras las hojas rojizas del momiji caían suavemente a nuestro alrededor fue un inicio perfecto para descubrir Kioto.


Templo Nishi Hongan-ji

Continuamos con el Templo Nishi Hongan-ji, Patrimonio de la Humanidad, donde pudimos explorar sus salas, patios y jardines. La combinación de madera, techos antiguos y detalles ornamentales crea un ambiente de serenidad que invita a detenerse y disfrutar de cada rincón.


Templo Higashi Hongan-ji

A pocos minutos se encuentra el Templo Higashi Hongan-ji, igualmente impresionante y lleno de historia. Caminar por sus patios y corredores nos permitió apreciar la grandiosidad de la arquitectura religiosa japonesa, así como la paz que transmiten sus espacios abiertos.


Torre de Kioto

Desde allí, nos acercamos a la Torre de Kioto, que ofrece una vista panorámica de la ciudad y de los alrededores. Subir a la torre nos permitió ver cómo se mezclan los templos históricos con la modernidad de la ciudad, un contraste que hace a Kioto tan especial.


Mercado de Nishiki

Después nos dirigimos al Mercado de Nishiki, conocido como “la cocina de Kioto”. Sus callejuelas estrechas están llenas de puestos de alimentos, dulces tradicionales y productos locales. Probar algunos de los snacks típicos de Kioto mientras paseábamos entre los colores del otoño fue toda una experiencia sensorial.


Santuario Nishiki-Tenmangu

Muy cerca se encuentra el Santuario Nishiki-Tenmangu, un lugar tranquilo y lleno de detalles que permiten apreciar la espiritualidad y la historia local en medio del bullicio del mercado.


Pontocho

Al caer la tarde, caminamos por Pontocho, uno de los barrios más emblemáticos de Kioto. Sus callejuelas estrechas, iluminadas por faroles, ofrecen un paseo romántico y lleno de encanto. Es también un lugar perfecto para sentir la vida nocturna tradicional y ver restaurantes con estilo antiguo.


Canal de Shirakawa

Finalmente, cerramos el día junto al Canal de Shirakawa, un lugar pintoresco con casas tradicionales y árboles otoñales reflejándose en el agua. Pasear por aquí al atardecer nos permitió disfrutar de uno de los rincones más fotogénicos de Kioto, un cierre perfecto para nuestro primer día en esta ciudad histórica.


Día 11 — Kioto tradicional: templos, mil torii y experiencias culturales


Great Torii

El día comenzó con la visita al Great Torii, la impresionante puerta de entrada a la zona de Fushimi Inari. Cruzar este torii fue la antesala perfecta para adentrarnos en un recorrido lleno de espiritualidad y tradición japonesa. Eso si, tener claro que habrá muchas personas en cualquier rincón de este lugar ya que tiene mucha fama y se llena hasta arriba de gente salvo que vayas pronto.


Santuario principal

A pocos minutos caminando llegamos al Santuario principal, abierto las 24 horas. Aquí pudimos admirar la arquitectura sintoísta y sentir la energía del lugar mientras recorríamos los patios y contemplábamos los detalles de los edificios.


Senbon Torii (Portada de Mil Torii)

Uno de los momentos más icónicos del día fue caminar por el Senbon Torii, el famoso sendero de los “Mil Torii”. Cada torii rojo alineado forma un túnel impresionante que crea una experiencia visual única y memorable.


Fushimi Inari-taisha

Continuamos explorando Fushimi Inari-taisha, otro punto abierto 24 horas, con senderos que suben por la montaña y ofrecen vistas espectaculares del entorno. Es un lugar donde tradición, naturaleza y fotografía se combinan a la perfección.


Templo Tofuku-ji

Luego nos dirigimos al Templo Tofuku-ji. Este templo es famoso por sus jardines zen y puentes de madera. Pasear por aquí en otoño, con los tonos cálidos del momiji, fue una experiencia increíblemente relajante.


Sanjūsangen-dō

Visitamos el Sanjūsangen-dō, conocido por sus 1.001 estatuas de Kannon. El detalle y la magnitud de esta galería de esculturas es impresionante y transmite un respeto profundo por la tradición budista japonesa.


Alquiler de Kimono — vestimenta tradicional

Para sumergirnos aún más en la cultura, alquilamos un kimono de la mano de Civitatis. La experiencia de vestir kimono y recorrer las calles históricas de Kioto añadió un toque especial y muy fotogénico a nuestro día.


Chawanzaka, Kiyomizu-dera, Sanneizaka y Ninenzaka

Con nuestro kimono, caminamos por Chawanzaka, subimos hasta Kiyomizu-dera y recorremos las calles Sanneizaka y Ninenzaka, famosas por sus casas de madera, tiendas de artesanía y cafés tradicionales. El entorno otoñal, con hojas rojas y doradas, hizo que cada paso fuera como adentrarse en un Japón de otra época.


Templos Hokan-ji (Pagoda Yasaka), Kōdai y Otani

Continuamos visitando el Templo Hokan-ji con su icónica Pagoda Yasaka, el Templo Kōdai y el Templo Otani, cada uno con su propio encanto y detalles arquitectónicos únicos que reflejan siglos de historia y espiritualidad.


Santuario Yasaka

El Santuario Yasaka, un lugar emblemático de Kioto, nos permitió cerrar el recorrido religioso y tradicional de la ciudad, disfrutando de sus torii y su ambiente solemne rodeado de árboles otoñales.


Devolución del kimono y recuerdos

Devolvimos los kimonos y aprovechamos para encargar palillos artesanales en Chopsticks Yuzen, un recuerdo perfecto de Kioto.


Día 12 — Kioto: castillos, templos y paseos entre naturaleza


Castillo Nijō

El día comenzó en el Castillo Nijō, Patrimonio de la Humanidad y antigua residencia de los shogunes Tokugawa. Recorrer sus patios, murallas y salones decorados nos permitió sumergirnos en la historia de Japón y admirar la arquitectura samurái con todo lujo de detalles. Los jardines internos, teñidos de los colores cálidos del otoño, añadían un toque mágico a la visita.


Jardín Nacional Kioto Gyoen

Continuamos con un paseo por el Jardín Nacional Kioto Gyoen, un espacio amplio y tranquilo que rodea el Palacio Imperial. Los senderos bordeados de árboles otoñales invitaban a caminar despacio, disfrutar de la naturaleza y admirar la mezcla de verde, rojo y dorado que caracteriza al momiji.


Kawai Shrine

Nuestra siguiente parada fue el Kawai Shrine, un pequeño santuario lleno de encanto y detalles tradicionales. Rodeado de vegetación y con faroles típicos japoneses, nos permitió disfrutar de un momento de calma entre tanta historia y cultura.


Shimogamo Shrine

Visitamos también el Shimogamo Shrine, uno de los santuarios más antiguos de Kioto, rodeado de bosques que en otoño brillan con tonos cálidos. Caminar por sus senderos y cruzar sus puentes de madera fue un momento de serenidad absoluta.


Ginkaku-ji (Templo del Pabellón de Plata)

El Ginkaku-ji, o Templo del Pabellón de Plata, nos recibió con su jardín zen y su arquitectura elegante. Pasear por sus senderos, admirando los jardines cuidadosamente diseñados y los colores del momiji, fue como sumergirse en una obra de arte viva.


Philosopher's Path

Desde Ginkaku-ji comenzamos el famoso Philosopher's Path, un sendero tranquilo que sigue un canal bordeado de árboles. En otoño, las hojas rojizas y doradas lo convierten en uno de los paseos más fotogénicos de Kioto, perfecto para caminar lentamente y contemplar la ciudad desde otra perspectiva.


Kumano Nyakuōji Shrine

A lo largo de nuestra ruta pasamos por el Kumano Nyakuōji Shrine, un pequeño santuario lleno de encanto, ideal para detenerse, observar la arquitectura tradicional y sentir la espiritualidad del lugar.


Templo Eikando

El Templo Eikando fue otra joya del día, famoso por su pagoda y su jardín otoñal. Las tonalidades cálidas de los arces lo convierten en un lugar perfecto para contemplar y fotografiar.


Nanzen-ji

Visitamos también Nanzen-ji, un templo zen con grandes puertas y jardines que combinan la piedra, el agua y la vegetación de manera armoniosa. Sus pasillos y pabellones reflejan la tranquilidad que caracteriza a la espiritualidad zen.


Tenjuan Temple

En el Templo Tenjuan, un espacio más pequeño y recogido, pudimos disfrutar de jardines cuidadosamente cuidados y un ambiente de calma ideal para reflexionar y disfrutar del entorno otoñal.


Heian Jingū

Cerramos el día en Heian Jingū, un santuario con una arquitectura impresionante y amplios jardines. Los colores cálidos del otoño, los estanques y los pabellones creaban una atmósfera mágica, perfecta para terminar un día lleno de historia, cultura y paisajes inolvidables.


Día 13 — Universal Studios Japón: un mundo de ensueño


Universal Studios Japón

El día 13 lo dedicamos a Universal Studios Japón, y desde que entramos, sentimos que estábamos entrando en un mundo completamente mágico. Este parque es un sueño para todas las edades: cada área está diseñada con un nivel de detalle impresionante, y la ambientación te hace sentir que realmente estás dentro de tus películas y videojuegos favoritos.

Mundo Mario

Una de las mayores sorpresas fue el Mundo Mario, donde pudimos recorrer escenarios inspirados en el icónico videojuego. Los colores vibrantes, los personajes gigantes y las interacciones hacen que cualquier fanático, grande o pequeño, se sienta dentro del juego. Todo es tan fotogénico y divertido que pasamos horas explorando cada rincón.

Mundo Harry Potter

El otro gran punto culminante fue el Mundo de Harry Potter. Caminar por el Callejón Diagon, subir al Hogwarts Express y contemplar el castillo de Hogwarts fue simplemente mágico. La ambientación es tan realista que te hace olvidar por un momento que estás en Japón; cada detalle, desde las tiendas hasta los escenarios, está pensado para transportar a los visitantes directamente al universo de Harry Potter.

Durante el día, disfrutamos de atracciones emocionantes, espectáculos en vivo y experiencias interactivas que combinan tecnología, imaginación y diversión. También aprovechamos para probar algunos snacks temáticos y souvenirs únicos de cada mundo, haciendo de esta visita una experiencia completa.

Salir de Universal Studios al final del día, con la sensación de haber vivido un auténtico sueño, fue la manera perfecta de cerrar una jornada cargada de diversión y magia, dejando recuerdos imborrables de Japón.

Dejar claro que para poder entrar en el mundo Mario y el de Harry Potter es necesario tener un pase extra, ya que están tan solicitados que solo puedes entrar con un pase extra.


Día 14 — Arashiyama y templos de Kioto: naturaleza y espiritualidad


Bosque de Bambú de Arashiyama

Comenzamos el último día en el Bosque de Bambú de Arashiyama, un lugar famoso y muy fotografiado. La caminata entre los altos bambús es visualmente impresionante, pero debemos ser sinceros: el lugar está bastante saturado de turistas, lo que puede restar un poco de la magia que uno espera al llegar. Aun así, la experiencia permite hacerse una idea del encanto de los bosques de bambú, aunque para los que buscan tranquilidad, hay otros bosques menos concurridos donde disfrutar de la naturaleza de manera más íntima.


Templo Tenryu-ji

A pocos pasos se encuentra el Templo Tenryu-ji, uno de los templos más importantes de Arashiyama. Su jardín zen, cuidadosamente diseñado, combina agua, piedras y vegetación de forma armoniosa. Durante el otoño, los tonos rojizos y dorados del momiji lo hacen aún más impresionante y fotogénico.


Hogon-in

Nuestra ruta continuó hacia Hogon-in, un pequeño templo con jardines escondidos y senderos rodeados de árboles otoñales. La tranquilidad y los colores del otoño creaban un ambiente perfecto para pasear y reflexionar.


Okochi Sanso Garden

El Okochi Sanso Garden nos regaló unas vistas panorámicas espectaculares de la ciudad y de las montañas circundantes. Sus jardines, llenos de arces y otros árboles típicos de Japón, se integran perfectamente con el entorno natural, ofreciendo un remanso de paz y belleza.


Templo Jōjakkō-ji

Visitamos también el Templo Jōjakkō-ji, un templo más pequeño pero con un encanto especial gracias a su jardín y su ubicación entre colinas cubiertas de momiji. Pasear por sus senderos fue como adentrarse en un cuadro vivo de otoño.


Templo Giouji

El Templo Giouji destaca por su entorno verde y sus detalles tradicionales. Sus jardines y pasillos permiten disfrutar de la serenidad y del ambiente contemplativo que caracteriza a los templos japoneses.


Adashino Nenbutsu-ji Temple

El Adashino Nenbutsu-ji es un templo fascinante, conocido por sus cientos de estatuas de piedra que conmemoran a los fallecidos. Caminar entre ellas mientras las hojas caen suavemente crea una experiencia muy especial y contemplativa.


Templo Chion-in

De regreso hacia el centro de Kioto, visitamos Chion-in, un templo impresionante por su tamaño y su arquitectura. Sus grandes puertas y pasillos, junto con los jardines otoñales, hacen que cada paso por el recinto sea un descubrimiento.


Templo Shōren-in

Finalmente, cerramos el día en Shōren-in, un templo menos conocido pero igualmente encantador. Sus jardines y pabellones ofrecen una experiencia tranquila y elegante, perfecta para concluir nuestro recorrido por los templos y la naturaleza de Kioto.


Día 15 — Kioto final: templos emblemáticos y traslado a Osaka


Ninna-ji

Comenzamos el día en el Ninna-ji, Patrimonio de la Humanidad. Sus pabellones y jardines ofrecen un entorno elegante y sereno, ideal para pasear tranquilamente y disfrutar de los tonos cálidos del momiji de otoño.


Ryōan-ji

Seguimos con el Ryōan-ji, famoso por su jardín de rocas zen. La contemplación de este jardín minimalista es una experiencia única que invita a la reflexión y al silencio, perfecta para contrastar con los templos más ornamentados que visitaríamos después.


Pabellón Dorado (Kinkaku-ji)

El Pabellón Dorado es uno de los iconos de Kioto. Ver su reflejo en el estanque rodeado de árboles otoñales fue una imagen que quedará grabada para siempre. Su elegancia y brillo dorado crean un impacto visual impresionante.


Kitano Tenmangu Shrine y Santuario Imamiya

Luego visitamos el Kitano Tenmangu Shrine y el Santuario Imamiya, santuarios con detalles arquitectónicos únicos y rodeados de un entorno natural precioso. Fueron lugares ideales para disfrutar de la calma y la tradición japonesa antes de continuar nuestro recorrido.


Traslado a Osaka

Finalmente, partimos hacia Osaka, poniendo fin a nuestra etapa en Kioto y comenzando la última parte de nuestra aventura por Japón. Fue un cierre perfecto de nuestro viaje por templos, santuarios y jardines, con recuerdos imborrables de la esencia histórica y cultural de Kioto.


Día 16 — Osaka: templos, mercados y vida urbana


Templo Katsuo-ji

Comenzamos el día visitando el Templo Katsuo-ji, conocido por sus estatuillas de Daruma y su atmósfera espiritual. Rodeado de naturaleza y con vistas panorámicas de Osaka, este templo ofrece una experiencia de paz y contemplación al inicio del día. Para nosotros este templo es sin duda uno de los más bonitos que hemos visitado. Está muy cuidado y tiene un recorrido interactivo en el que tiene que crear tu propia postal de Darumas.


Shitennō-ji

Nuestra siguiente parada fue el Shitennō-ji, uno de los templos budistas más antiguos de Japón. Sus patios, pagodas y pasillos transmiten siglos de historia y tradición, siendo un lugar imprescindible para entender la herencia cultural de Osaka.


Templo Isshinji

Continuamos con el Templo Isshinji, famoso por sus estatuas hechas de huesos y calaveras de budistas fallecidos. Es un lugar singular que muestra un lado diferente de la espiritualidad japonesa y deja una impresión duradera.


Parque Tennōji

Luego paseamos por el Parque Tennōji, un oasis urbano con jardines, estanques y senderos. Este espacio verde ofrece un respiro agradable del bullicio de la ciudad y es perfecto para disfrutar de los colores del otoño.


Calle comercial Shinsekai Hondori y Tsūtenkaku

Nos dirigimos al barrio de Shinsekai, recorriendo la calle comercial Hondori, llena de tiendas, restaurantes y puestos de comida callejera. Desde allí, admiramos la Torre Tsūtenkaku, un icono de Osaka que se eleva sobre el barrio y ofrece un contraste curioso entre lo moderno y lo tradicional.


Mercado Shin-sekai

Exploramos el Mercado Shin-sekai, donde probamos delicias locales y descubrimos productos típicos de Osaka. La mezcla de colores, aromas y sonidos hace que sea un lugar muy dinámico y vibrante.


Nipponbashi Denden Town

Después, visitamos Nipponbashi Denden Town, el distrito de la electrónica y cultura pop, ideal para los amantes del manga, el anime y los gadgets japoneses. Pasear por sus tiendas nos hizo sentir parte de la Osaka más moderna y juvenil.


Kuromon Market

El Kuromon Market fue nuestra siguiente parada, un paraíso gastronómico. Entre puestos de mariscos, frutas y snacks típicos, pudimos probar delicias locales y sentir la esencia culinaria de Osaka, famosa por su comida callejera y sabor único.


Santuario Yasaka Namba

Antes de terminar el día, visitamos el Santuario Yasaka Namba, un espacio más tranquilo y espiritual en medio del bullicio urbano, ideal para un momento de calma y reflexión.


Dōtonbori

Cerramos el día en Dōtonbori, la zona más animada de Osaka. Sus luces de neón, ríos de gente, letreros icónicos y ambiente nocturno hacen que sea un lugar perfecto para pasear, cenar y absorber la energía única de la ciudad. Fue un cierre espectacular para nuestro día en Osaka, combinando tradición, modernidad y gastronomía.


Día 17 — Miyajima e Hiroshima: historia, espiritualidad y memoria


Calle Comercial Miyajima Omotesando

El día comenzó en Miyajima, recorriendo la Calle Comercial Omotesando. Lleno de tiendas de souvenirs, restaurantes y dulces típicos, este paseo nos permitió tomar el pulso de la isla y disfrutar de su ambiente acogedor antes de adentrarnos en los lugares históricos y sagrados.


Santuario Toyokuni (Senjokaku)

Nuestra primera parada cultural fue el Santuario Toyokuni, conocido como Senjokaku. Este edificio histórico, con su arquitectura sobria y elegante, transmite la espiritualidad de la isla y nos prepara para visitar el lugar más icónico de Miyajima.


Santuario Itsukushima y Otorii Gate

Llegamos al Santuario Itsukushima, famoso por su Otorii Gate flotante. La vista del torii rojo sobre el agua, especialmente con la marea alta, es simplemente mágica. Caminar por el santuario y observar cómo parece flotar sobre el mar es una experiencia inolvidable que combina historia, religión y paisaje natural.


Daishoin

Luego visitamos Daishoin, un templo budista impresionante con pasillos, estatuas y pequeños santuarios. La calma del lugar y la riqueza de detalles nos permitieron apreciar la espiritualidad y la tradición de Miyajima en un entorno más tranquilo y contemplativo.


Hiroshima — Historia y memoria

Tras la visita a Miyajima, nos dirigimos a Hiroshima, una ciudad que combina la vida moderna con la memoria histórica de un evento que cambió al mundo.


Castillo de Hiroshima

El Castillo de Hiroshima, reconstruido tras la Segunda Guerra Mundial, nos permitió conocer la historia feudal de la ciudad y disfrutar de sus jardines y murallas.


Monumento de la Paz, Parque y Museo Memorial de la Paz de Hiroshima

La visita al Monumento de la Paz, el Parque Memorial de la Paz y el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima fue un momento muy intenso. Estos lugares nos permitieron reflexionar sobre los hechos ocurridos en 1945 y rendir homenaje a las víctimas. La combinación de arquitectura, monumentos y testimonios históricos ofrece una experiencia educativa y conmovedora, imprescindible para entender la resiliencia y la paz en la ciudad.

Este día combinó naturaleza, espiritualidad e historia, dejando un recuerdo profundo y emocional de Japón, desde la serenidad de Miyajima hasta la reflexión en Hiroshima, cerrando así una de las etapas más importantes de nuestro viaje.


Día 18 — Nara: historia, templos y ciervos sagrados


Templo Kofuku-ji

Nuestro día comenzó en Nara visitando el Templo Kofuku-ji, uno de los templos más emblemáticos de la ciudad. Su pagoda de cinco pisos, rodeada de árboles otoñales, es una postal clásica de Nara y refleja la historia y espiritualidad de la región.


Todai-ji Namdaimon y Tōdai-ji

A continuación nos acercamos al Todai-ji Namdaimon, la impresionante puerta de entrada al Tōdai-ji, uno de los templos más importantes de Japón. Dentro, encontramos al Gran Buda (Daibutsu), una estatua monumental que impresiona por su tamaño y majestuosidad. Recorrer el templo permite apreciar la arquitectura, la historia y la devoción que ha perdurado por siglos.


Nigatsu-do

Subimos a Nigatsu-do, un pabellón del complejo de Tōdai-ji que ofrece vistas panorámicas del templo y sus alrededores. Los senderos bordeados de árboles rojizos y dorados hacen que el paseo sea una experiencia visual inolvidable, perfecta para capturar el otoño en todo su esplendor.


Parque de Nara

Recorrimos también el Parque de Nara, famoso por sus ciervos sagrados que deambulan libremente entre templos, santuarios y visitantes. Interactuar con estos animales amigables y fotografiarlos en medio del paisaje otoñal fue un momento muy divertido y entrañable del día.


Santuario Kasuga Taisha

Visitamos el Santuario Kasuga Taisha, un lugar lleno de historia y espiritualidad. Sus senderos decorados con faroles de piedra y sus pabellones rodeados de árboles otoñales crean una atmósfera mágica, ideal para caminar y reflexionar sobre la riqueza cultural de Nara.


Día 19 — Castillo de Himeji y última noche en Dōtonbori


Castillo de Himeji

El día comenzó con la visita al Castillo de Himeji, uno de los castillos más impresionantes y mejor conservados de todo Japón. Conocido como el Castillo de la Garza Blanca por sus muros impecablemente blancos, su silueta se alza majestuosa sobre la ciudad. Pasear por sus patios, murallas y torreón principal nos permitió comprender por qué es Patrimonio de la Humanidad: su arquitectura defensiva, sus laberínticos senderos y sus vistas panorámicas hacen que cada rincón sea fascinante. Además, en época de momiji, el castillo se rodea de colores rojizos y dorados que realzan aún más su belleza.


Paseo por la zona comercial de Dōtonbori

De vuelta en Osaka, aprovechamos la tarde y noche para pasear por la vibrante zona comercial de Dōtonbori. Entre luces de neón, rótulos gigantes y el famoso cartel de Glico iluminando el canal, disfrutamos del ambiente más animado de la ciudad. Tiendas, restaurantes y pequeños puestos callejeros hacen que cada paso sea una experiencia, perfecta para compras de última hora y para despedirse de Osaka de manera inolvidable.

Este día decidimos probar la mítica comida callejera tan famosa de este lugar. Fuimos al Rikuro a probar la famosa tarta de queso que en verdad sabe a huevo, y está bien pero no es nada de otro mundo. Sin embargo si fuimos a una tienda llamada Pablo, y os podemos decir que los postres de aquí le dan mil vueltas a cualquier otro que hayamos probado aquí por tanto si queréis probar buenos postres esta tienda es la ideal.


Día 20 — Osaka final: castillos, miradores y barrios con estilo


Castillo de Osaka

Comenzamos nuestro último día visitando el imponente Castillo de Osaka, uno de los símbolos de la ciudad. Su torre principal, rodeada de murallas, fosos y jardines, destaca con fuerza entre los colores otoñales.El interior funciona como un museo que recorre la historia del castillo y de la ciudad, mientras que desde lo más alto se obtienen vistas panorámicas perfectas para despedirnos de la región de Kansai con una imagen inolvidable.


Umeda Sky Building

Nuestra siguiente parada fue el Umeda Sky Building, uno de los rascacielos más llamativos de Osaka. Subimos al mirador “Floating Garden Observatory”, un observatorio al aire libre que ofrece una vista de 360° de toda la ciudad.Entre las carreteras elevadas, el entramado urbano y la atmósfera vibrante de Osaka, este mirador es ideal para sentir la magnitud de la metrópolis.


American Village (Amemura)

Luego paseamos por American Village, conocido como Amemura. Este barrio juvenil, creativo y un poco alternativo, está lleno de tiendas de moda, cafeterías con estilo propio, murales y un ambiente muy desenfadado. Sus calles recuerdan ligeramente a los barrios más modernos de Estados Unidos, pero con la esencia única de Japón. Es un buen lugar para tomar algo, curiosear tiendas diferentes y absorber una faceta más urbana y colorida de Osaka.


Calle Comercial de Shinsaibashi-Suji

Terminamos el día en la Calle Comercial de Shinsaibashi-Suji, una de las zonas comerciales más largas y animadas de la ciudad. Aquí se mezclan grandes marcas, tiendas locales, cafeterías y souvenirs, todo cubierto por una galería interminable que siempre está llena de vida. Es el último lugar perfecto para compras, caprichos o simplemente para disfrutar del ambiente osakeño antes de despedirse de Japón.


Conclusión final

Después de 20 días recorriendo ciudades, montañas, templos, mercados, barrios futuristas y pueblos tradicionales, llegó el momento de despedirnos de Japón. Un país que no solo sorprende por su belleza, sino por la amabilidad de su gente, el cuidado por los detalles y la sensación constante de estar moviéndote entre pasado y futuro.

Este viaje nos regaló momentos mágicos: ver el torii flotante de Miyajima, pasear entre templos centenarios en Kioto, emocionarnos en Hiroshima, disfrutar del momiji en su máximo esplendor, explorar mundos de fantasía en Disney y Universal, descubrir pequeñas calles llenas de vida en Osaka y maravillarnos con la tranquilidad de los pueblos alpinos.

Japón no es un destino cualquiera… es un lugar que se siente, que se vive con intensidad y que deja una huella que dura para siempre.

Volvemos a casa con miles de recuerdos, cientos de fotos y la certeza de que algún día regresaremos para seguir descubriendo rincones de este país tan especial.


Arigatō, Japón

MAPA DE LOS LUGARES VISITADOS

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Japón en 20 días, un viaje de ensueño

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